Eternal
Capítulo 1
La cabeza le daba vueltas, escuchaba voces a su
alrededor, parecían discutir, pero era lo de menos, lo que quería era que
se callaran.
Ladeo la cabeza tratando que apaciguar el dolor y silenciar
aquellas voces, un quejido salió de su boca sin intención.
-realmente… - masculló una voz masculina pero suave.
-¡Dios! Es tan emocionante.-chilló una voz
femenina.-Disculpe… ¿puede escucharme? Habrá los ojos por favor.
-Déjale en paz, debió ser duro para él.-le regaño el
joven.
-Pero quiero preguntarle tantas cosas.
Inoo al fin abrió los ojos ante tanto alardeo, con algo
de pesadez y disgusto.
-¡SANTO CIELO, ABRIO SUS OJOS!- grito la joven.
-Eres tan ruidosa. Cálmate.-
-¿Dónde estoy?-preguntó Inoo mirando tenuemente a las dos
personas frente a él.
-Mi nombre es Arioka Suzume, mucho gusto-
-Yo soy Arioka Daiki, un gusto-
-Arioka…-
-Así es, somos los descendientes de la persona que te
envió a este lugar. – sonrió la chica
ante la cara de dudas del pelinegro.
-Nuestra familia ha esperado tu llegada por décadas. Generación por generación hemos esperado tu llegada.
-¿De que estas hablando? –
-Según nuestra historia familiar, quien te envió aquí es
uno de nuestros antepasados quien se dedicaba a la hechicería. Él dejo escrito
que cuando llegará el día de tu llegada, debíamos estar preparados para mostrar
nuestra gratitud.-
-Como ha dicho mi hermana, gracias a ti, que hiciste un
trato con nuestro antepasado, es que nuestra familia se ha mantenido en un
nivel social estable desde entonces, por lo cual estamos eternamente agradecidos-
se reverencio Daiki.-Ahora permítenos devolver tu generosidad ayudándote a
encontrar lo que buscas en este lugar.
-Ustedes… me ayudarán a encontrar…
-Claro, te ayudaremos a encontrarlo, es lo menos que
podemos hacer.
-Te daremos posada por el tiempo necesario, por favor
siéntete como en tu casa.
-Disculpen pero…-les detuvo Inoo, era demasiada
información para su estado actual.-Eso quiere decir que… ¿realmente funcionó?
Realmente... ¿Qué tiempo es este? ¿En dónde estoy?-
-Japón.- respondieron al unísono.
-Yo vengo de Japón ¿Qué era es esta?-
-¿Era? Oh… estamos en la era Heisei-
-¿Heisei?-
-Estamos en el siglo XXI-
-El siglo XXI… ha pasado tanto tiempo…-
-Cientos de años, al parecer.- confirmó Daiki.-Entonces…
¿Cómo debemos llamarte?
-Oh, lo siento soy Inoo Kei… -dijo levantándose
abruptamente de la cama para darles una reverencia.
-No es necesaria tanta formalidad.
-Lo lamente…
-Descuida, debes estar cansado, que te parece tomar un
baño…
Inoo asintió débilmente, cuando su barriga se hizo
escuchar.
Los jóvenes sonrieron ante esto.
-Bien, yo te preparare la cena entonces, Dai-chan, tú
muéstrale el baño.- sonrió la chica saliendo de la habitación.
-Iré por algo de ropa para ti, mientras ve al baño a
desvestirte, está saliendo a la derecha, la última puerta.- indico el chico
sonriéndole.
Inoo asintió levemente, vio como Daiki desaparecía al
cruzar la puerta, miro a su alrededor por primera vez. Era una habitación
espaciosa y blanca, tenía pocos muebles, solo un escritorio pequeño con una
silla, lo que parecía un librero y el futón con base de madera (una cama) donde
él se encontraba.
Se deshizo de las mantas que le cubrían, al parecer le
habían cambiado sus ropas por algo más ligero que él no podría explicar. Se
calzó un par de sandalia y salió de la habitación, miro a los lados y camino
hacia donde Daiki le había indicado, miro la puerta unos segundos, no era
corrediza como las que acostumbraba usar. La empujo un poco y trato de
deslizarla, pero no parecía funcionar.
-Debes girar la perilla de la puerta.-le indico Daiki que
venía con ropa limpia desde el pasillo.
Se detuvo junto a Inoo y le mostro como abrir la puerta
dejándole pasar primero.
Inoo se sorprendió al ver la habitación, era
completamente blanca, con muchas cosas en ella…
-cierto… no debes conocer como es un baño en la
actualidad… bien te explicare, por el momento déjame mostrar cómo se utiliza la
regadera.
Kei parecía totalmente fascinado ante la nueva era y lo
que esta había creado. Daiki le mostró como utilizar el baño, la regadera, la
tina y el lavabo. Le mostró como debía ponerse la ropa que le había llevado y
le enseño el nombre de cada prenda, Inoo estaba más que sorprendido ante tantas
cosas nuevas para él.
-Bien, te dejare para que puedas tomar tu baño. Si
necesitas algo solo échame un grito ¿vale?-
-Disculpa las molestias.- se inclinó Kei.
-No hay de que- le sonrió Daiki.
Bajo las escaleras dirigiéndose a la cocina donde se
encontraba su hermana mayor.
-oh ¿Kei ya se metió al baño?-pregunto mientras cortaba
algunas verduras.
-Sí, le enseñe algunas cosas, ya sabes el nombre de la
ropa, la tina, el baño… es como enseñarle a un bebé o a un loro a hablar.- rio
un poco mordiendo una manzana que se encontraba por ahí.
-Es genial que por fin haya llegado el día ¿no es así? Ya
he llamado a mamá y papá, no pueden volver hasta dentro de un mes, pero dicen
que confían en nosotros para cuidar de Kei.
-Bueno, no tendrían de que desconfiar, a fin de cuentas
tomamos el entrenamiento, estamos preparados para esto.-dijo orgulloso el
menor.
-Es tan emocionante, no tienes una idea de cuánto tiempo
estuve esperando esto. Estoy tan emocionada-
-Se nota- sonrió el menor.
Un fuerte golpe se escuchó en la segunda planta,
alarmando a los hermanos que se miraron con los ojos muy abiertos, corriendo
escaleras arriba.
-¿Qué ha pasado?-pregunto Daiki abriendo la puerta del
baño.
-Resbale- contestó Inoo con simpleza.
-¿Te hiciste daño?- cuestionó en tono preocupado.
-Estoy bien, no es nada…- contestó sin mirarle.
Daiki sintió un poco de pena por el joven frente a él,
debía ser difícil estar en un lugar nuevo cientos de años después. No se lo
dijo. Pero amablemente le preparo el agua para que saliese tibia. Inoo le dio
una pequeña reverencia, y Daiki pudo notar algo de tristeza en sus ojos.
-Es normal, supongo...-murmuro Suzume a su hermano. –Después
de todo, a cómo recuerdo la historia, él fue enviado aquí justo después de la
muerte de su persona amada… han pasado años de eso, pero para él no habrá sido
ni un día.
Daiki asintió. Eso era cierto, y aunque ellos estuviesen
emocionados por que al fin había llegado, seguro Inoo tendría demasiadas
emociones encontradas, sentimientos que ellos no podían forzar a cambiar por
alegría de la noche a la mañana.
-He terminado.-
Los hermanos miraron hacia las escaleras, Inoo se había puesto
la ropa correctamente.
-Genial, no tuviste problemas con la ropa. ¿Cerraste
correctamente la regadera?-
-Sí.-
-Oye… Kei, si tienes hambre la cena está casi
lista.-sonrió la mayor.
-Gracias.-
-No hablas mucho ¿eh?-
-Lo siento.-
-Déjalo Dai-chan, seguro has tenido un día difícil
Kei-chan… no te preocupes estamos al tanto de la situación… te ayudaremos a
encontrar lo que deseas, lo prometo, así que por favor no estés triste.
Inoo les agradeció de nuevo dando una pequeña reverencia,
Daiki lo guió a un lugar en la mesa mientras Suzume llevaba la cena.
-Oye… puedo preguntar ¿Qué es lo que harás?- pregunto
Daiki después meditarlo unos momentos.
-Yo… no lo sé.
Suzume interrumpió dejando los platos en sus respectivos
sitios, le explicó a Inoo como habían ido las generaciones de su familia
manteniéndose al tanto de su llegada desde muchos años atrás.
Inoo le escuchaba atentamente, de vez en cuando hacia
caras de extrañeza como si fuera demasiado increíble.
-Bueno, ya es tarde, deberíamos ir a dormir.
-Estoy de acuerdo. Kei-chan, dormirás en la habitación de
Dai-chan, no hemos limpiado aun tu habitación. No hay problema con eso
¿verdad?-
-Está bien-
-Mañana hay escuela, hermana.-le recordó Daiki.
-Cierto… puedes llevarlo contigo a la universidad
¿cierto?
-Supongo que no hay problema con eso. Estas buscando a
una persona ¿no es así?- se dirigió a Inoo con una sonrisa.
-Sí-
-Bien, entonces mañana iremos a la universidad y después
daremos una vuelta por el centro, quizás veas a alguien conocido o podamos
encontrar pistas.
Inoo asintió ligeramente. No se fiaba demasiado de los
acontecimientos actuales, pero esas personas parecían buenas, su lugar de origen
parecía demasiado lejano y aunque le doliera, la posibilidad de encontrar a su
amado le parecía demasiado ambigua.
A la mañana siguiente no hubo mayor problema en nada.
Miro a su alrededor dándose cuenta que no se encontraba en
un sueño ni mucho menos. Observo atentamente la habitación, topándose con Daiki
que se encontraba acostado en el suelo (él dormía en la cama) se levantó con sigilo
para no despertarlo y agudizando lo más que podía sus recuerdos, se dirigió al
baño, recordó las indicaciones del chico y utilizó con éxito rotundo desde el
toilette hasta el lavabo.
-¡Inoo-kun!- escuchó mientras se dirigía al pasillo. Era
Daiki.-Despertaste bastante temprano, ya te he puesto ropa sobre la cama para
que te cambies, después de eso bajamos a desayunar y nos vamos ¿vale?- dijo con
rapidez metiéndose al baño y cerrando rápidamente tras él.
Inoo contestó con un suave “sí”, creía haber entendido
las indicaciones correctamente.
Fue a la habitación encontrando rápidamente la ropa que
le había dicho Daiki.
Se la puso recordando las indicaciones de la noche
pasada, no era nada difícil vestirse, solo necesitaba sentido común para las
cosas.
-¿listo?- preguntó Daiki desde la puerta, ya estaba
cambiando y peinado, listo para irse.
Se acercó a Inoo mirando fijamente su cabello.
-Creo que necesitas un corte- señaló- si lo cortamos en
capas seguro te quedará genial… le diré a mi hermana que lo corte por ti antes
de desayunar. Debes verte acorde con esta época.
-Gracias.-
-Oye, también debería intentar hablar más acorde, sabes,
según la historia eres algo así como un noble ¿no es así? Pero en estos tiempos
las cosas son bastante diferentes, algunas personas aun con alto nivel
económico, son más relajadas e informales.
-Lamento mi actitud. Intentare ir más acorde con este
entorno. Solo necesito adaptarme…-contestó Inoo con una reverencia.
-No tienes que disculparte por cosas cómo esa… bueno,
vamos abajo, no quiero llegar tarde a la universidad.
El camino fue tranquilo, Daiki le enseñaba algunas cosas
“modernas” a Inoo, este solo le escuchaba tratando recordar todo lo que el
bajito le decía. Antes de darse cuenta ya se encontraban en un gran salón con
asientos en forma de escalera.
-En serio te quedo muy bien el corte. ¿No crees?-
-Es diferente… pero pienso que se ve muy bien.-sonrió
Inoo tocándose suavemente el cabello que Suzume le había cortado y peinado de
manera muy “cool” según palabras de la joven.
-En verdad te ves muy bien- Daiki parecía feliz, esa
mañana daba pequeños saltos mientras él solo le seguía camino a la llamada
universidad. –Por cierto Inoo-kun ¿Cómo es la persona que buscas?-
-La persona que busco… él es alto, con un rostro
atractivo, con un cuerpo algo robusto, tiene ojos cafés, cabello negro, labios
del color de las sakuras, él tiene una voz profunda, masculina pero suave… es
una persona muy amable y respetuosa… él… era así…-su voz se quebró al recordar
la razón por la que estaba en aquel lugar.
-¡Lo lamento! No debí haber preguntado- se apresuró Daiki
ofreciéndole un pañuelo desechable. Que inconsciente, Suzume tenía razón, para
ellos esa persona había muerto cientos de años atrás, pero para Inoo acaba de
hacerlo a solo días.
-Yo… lamento mi comportamiento… es solo que-
-No- le interrumpió Daiki- yo soy el que te debe una
disculpa, fue insensible de mi parte. Aunque si quieres que te ayude a
encontrar a esa persona necesitaba saberlo… -
-Gracias-
-No… en serio.-
-¡Kyaaaaaaa~!- gritillos ahogados y chillones
interrumpieron su conversación.
Inoo levanto un poco su cabeza mirando a los lados con
cierto temor, pero al notar como Daiki no se alteraba, se relajó un poco, pero
sin bajar la guardia.
-Cielos…- masculló Daiki- llevamos tanto tiempo juntos en
la misma clase ¿y esas chicas escandalosas no lo superan?- se quejó rodando los
ojos con exasperación.
-¿Qué es?- pregunto Inoo quien no podía ver cuál era la
causa de tal alboroto.
Daiki levanto su vista, y haciendo una seña con su cabeza
dijo…
-ESA es la causa.- gruño por lo bajo con cierto recelo.
Kei miró hacia donde Daiki le había señalado, “ESA”
causa, a la que Daiki se refería era al parecer un chico.
-Su nombre es Yamada Ryosuke.- dijo en tono desinteresado
a Inoo.-las chicas se vuelven locas por él, como te habrás dado cuenta. Es
popular tanto para chicas como para chicos, pero se hace el interesante. Tiene
buenas notas, aunque no es el mejor de los estudiantes, parece que también tiene
apariciones en revistas, por su supuesta apariencia “cool”, Tch… si me lo preguntas,
para mí no es más que un simple idiota con cara bonita.-bufó volteando la cara
con visible molestia.
“No es como si hubiera preguntado”, pensó Inoo al
escuchar tan detallado resumen sobre aquel chico que según Daiki, era de
restarle importancia.
Le miro por un momento, ciertamente era bastante
atractivo, tenía un rostro muy fino, cabello castaño claro, unos ojos bastantes
expresivos y una sonrisa ridículamente bella.
-A mí me parece un joven bastante adecuado.- opinó Inoo
sin retirar su mirada del susodicho.
-¿Eh? Sin duda tienes un pésimo gusto- dijo enviando una
mirada de odio a aquel sujeto, quizás demasiado penetrante ya que de alguna
manera ahora ese presuntuoso le estaba mirando y saludando con una sonrisa en
su rostro.
-oh, Arioka-san, pareces agradarle.-comento Inoo al
presenciar aquel no tan sutil saludo.
-Idiota…-masculló con enojo girando su rostro.
-¡Arioka-san!- le llamó Kei, quien sujeto su brazo apretándolo
con su mano.
-¡No me está saludando, yo ni siquiera le habló!- se
quejó.
-Arioka-san es él…-
-¿Eh?-
-Es él… es mi… Yuujirou…- soltó como un susurro Inoo, el aire parecía no llegarle a los
pulmones y su boca se había quedado seca.
-¿Yuujirou?- le miró interrogante Daiki. ¿Acaso ya
había…? - ¡¡KEI-CHAN!!- soltó un grito al ver cómo Inoo se desvanecía frente a
sus ojos.
Aquel grito hizo que todo el salón quedase en silencio y
con la atención sobre ellos. Daiki llamaba a Inoo tratando de despertarlo
mientras intentaba levantarlo sin mucho éxito, el joven parecía delgado pero
era inesperadamente pesado.
-Déjamelo a mí-
Arioka alzó la vista, pero no tuvo tiempo de nada, soltó
un pequeño “sí” cuando aquel chico ya llevaba a Kei en brazos hasta la
enfermería. Y él por supuesto detrás de ellos. Lo único que le molestaba era…
-Vaya que eres débil ¿eh?- sonrió Yamada
encantadoramente. Se encontraban “solos”, parados esperando a la enfermera,
frente a la cama donde Kei se encontraba inconsciente.
-Cállate.-contestó Daiki con molesta.
-Cielos ¿estas molesto?- le sonrió buscando una mejor
visión de su cara.
-Déjame en paz-
-La enfermera no llegará hasta dentro de tres horas, pero
como al parecer fue un desmayo, supongo que nosotros podemos solucionarlo.-
explicó aquel joven quien había llevado amablemente en brazos a Kei.
-Muchas gracias por tu ayuda- le dijo Daiki dándole una
reverencia.
El chico, algo más alto que ellos, le dio una pequeña
reverencia con la cabeza yendo directamente a donde podía encontrarse el
alcohol.
-Usa esto.- le dijo a Daiki tendiéndole el algodón y el
alcohol.
-ok…- puso en práctica aquel curso exprés de primeros
auxilios que les dieron en la secundaria y acerco el algodón con alcohol a la
nariz de Kei, quien empezó a reaccionar rápidamente.
-Kei-chan… ¿estás bien?- le llamo suavemente Daiki.
-Entonces, creo que no hay anda más que hacer aquí.-anuncio
Yamada.
-Yuujirou… ¡NO TE VAYAS!- grito Inoo sentándose
violentamente en la cama.
-Kei-chan, espera…-
-¿Yuujirou?- ladeo la cabeza Yamada.
-Yuujirou…- pronunció con la voz ahogada y sin hacer caso
a Daiki, se alzó de la cama lanzándose hacia quien le había llevado a ese lugar.
El llanto se apodero de su pecho, y las lágrimas comenzaron a salir en
montones.
-¿Eh?- reacción el chico sosteniendo a Inoo para que no
cayera al suelo.
-Kei-chan, no me digas que…-
-¿Qué significa esto?- pregunto más confundido Yamada.
¿Qué le pasaba a ese chico?
-Oye… espera…-
-Yuujirou…- pronunciaba aquel nombre una y otra vez,
llorando cada vez más fuerte. –Yuujirou, no vuelvas a dejarme…
-¿Dejarlo? Takaki ¿estabas saliendo con este chico?-
-No, yo… oye…-con delicadeza separó a aquel chico de su
pecho, tenía la cara roja y casi deformada por el llanto… de alguna manera, le
parecía tan lindo, pero algo en el hizo que el pecho comenzará a presionarle
dolorosamente. Inconscientemente una lágrima salió de sus ojos también. -¿Qué…?
-Yuujirou…- susurró Inoo con una sonrisa en su rostro
lleno de aflicción. Y mirando directamente a aquellos ojos cafés que tanto ama,
acercó sus labios a los de su amado, uniéndolos en un beso salado por las lágrimas
de ambos.
Continuara...
Waaaa! >_< Le encontró! *w*
ResponderEliminarPobre Daiki no se creería que tan rápido le encontrase xD
Me encanta esa reacción amor-odio de Daiki hacia Yamada :3
Takaki, ¿qué harás? ^·^
Esperaré la contii (^-^)7