sábado, 7 de diciembre de 2013

ETERNAL -TakaNoo-

Titulo: ETERNAL
Pareja: TakaNoo
grupo: Hey! Say! JUMP
Extensión: Fanfic 1/?
genero: Romance, fantasía, comedia
Clasificación: +18
Advertencias de capitulo: No


Prólogo


Andaba a través del espeso bosque, su respiración era entrecortada, su cuerpo temblaba pero eso no disminuía la velocidad con la que corría. En su rostro se reflejaba la desesperación y la tristeza acompañada de delicadas lagrimas que se perdían en el viento de aquella noche.  

Sentía su pecho arder de dolor, su cabeza parecía a punto de estallarle, lo único que cruzaba por sus pensamientos en ese momento, era desaparecer. Desaparecer por siempre, desaparecer con él.


Detuvo sus pasos lentamente al llegar a un pequeño lago que era alumbrado tenuemente por la luz de la luna. Se dejó caer de rodillas a la orilla de este, llevo sus manos a su cabeza, jalando sus cabellos. Las lágrimas caían libremente por su rostro en grandes cantidades, su mandíbula apretada hacia rechinar sus dientes. Le dolía… le dolía todo y no podía apartar ese horrible sentimiento de él. Lo primero que cruzaba por su mente era morir, ir con él.

“Te prometo que estaremos juntos, incluso en la otra vida, y en la siguiente a esa. Te amo Kei.”

Esas palabras retumbaban en su mente ¿por qué? ¿Por qué si había prometido quedarse con él tuvo que pasar eso? No era justo, era horrible ¿qué iba a hacer ahora si él no estaba?

“Incluso en la otra vida”

Eso, era eso lo que debía hacer. Encontrarse con su amado en la otra vida.

Se levantó con las piernas temblándole ligeramente al igual que las manos. Fijó su mirada en el lago frente a él. Iba a ser tan fácil encontrarse con su amado, solo tenía que entrar en el lago, sumergirse hasta quedar completamente dentro y no salir de ahí nunca.

Introdujo un primer pie en el agua, estaba helada pero no le importaba en absoluto, su pecho  daba pequeñas convulsiones a las cuales restaba importancia. La mitad de su cuerpo ya se encontraba sumergido bajo el agua helada, empezaba a perder el sentir en las piernas, hipó inconscientemente, mordió su labio inferior tratando de controlar las reacciones que de su cuerpo.

-Oye- escuchó una voz tras de él. -¿Qué intentas hacer? –

-No es de su incumbencia.-le respondió después de unos segundos, con la voz fría, algo entrecortada por las condiciones de su cuerpo.

-Estoy seguro de que el agua no está buena para tomar un baño. –dijo introduciendo uno de sus dedos dentro del lago- Helado. ¿Estas intentando matarte?

Inoo abrió los ojos con un poco de asombro, giró su cabeza para ver a aquel hombre. Era joven y de baja estatura, con un rostro en verdad lindo.

-Como dije… no es de su incumbencia.-

-Te conozco. Eres el joven heredero de estas tierras ¿no es así? Soy Arioka. Puedo ayudarte si deseas.

-No gracias. No necesito tu ayuda.

-Entonces ¿me dirás por qué quieres morir?-

-Como dije…-

-No es de mi incumbencia, lo sé. Pero te diré algo Inoo Kei, la muerte no es la única solución.

-¿Cómo sabes mi nombre?-

-Te dije que te conocía. Además de eso, soy conocido por estos lugares como el mejor hechicero.-

-¿hechicero?- le miró incrédulo.

-Hechicero- afirmó –mi familia goza de poderes sobrenaturales desde hace muchas generaciones, conjuros, hechicería, adivinación. Se de lo que hablo, también sé que quieres acabar con tu vida ahogándote en este lago, sospecho que es… ¿por amor?

Inoo se quedó shockeado ¿en verdad ese sujeto tenía poderes?  Si no era así ¿Cómo había sabido aquello? Un nudo se formó en su garganta, recordó el por qué había decidido acabar con su vida.

-Vamos, sal de allí, voy a ayudarte.

-No, no puedes ayudarme.

-Puedo hacer todo lo que este en mis manos. Anda, no quiero que ensucies mi preciado lago con tu cadáver.

-¿Puedes hacerlo todo, eh? Entonces, tráelo de vuelta.- murmuró con la cabeza gacha.

-¿Traerlo de vuelta? No puedo resucitar muertos.-

-Entonces no me sirves de nada.-

-Pero puedo darte una solución. Te explicare si sales de ahí. Tus labios comienzan a ponerse morados.-

Inoo no se movió ni un centímetro. Esta conversación solo le estaba quitando tiempo, tiempo para volver a estar con su amado.

-Puedo enviarte con él. ¿Sabes que según las leyes de Dios, el suicidio te lleva al infierno? Si mueres, iras al infierno ¿crees poder encontrar a tu amado ahí?

-¿Cómo sabes que él es un…?

-¿Un “él”? Te lo dije, se de adivinación, podría decir que sé todo. Sé porque intentas morir, pero créeme, esto no te llevará con él. Ven, te daré una mejor opción. Te llevare con él.

-¿Cómo?- le miró con ojos cristalinos y la voz entrecortada.-Luchamos por estar juntos por tanto tiempo, intente romper ese compromiso, pero ella… ella… lo mató. –su voz se perdió en un grito ahogado. Las lágrimas volvieron a surcar su rostro, su cuerpo temblaba al tiempo que daba manotazos al agua haciendo que esta chapoteara por todos lados.

-Basta- le detuvo Daiki tomándolo de la muñeca. –Esto no resolverá nada. Hazme caso.

-No entiendes… ¡TU NO ENTIENDES NADA!- le grito zafándose de aquel agarre, el joven bajito soltó un suspiro de cansancio y con un toque en la nuca de Inoo lo dejo inconsciente.   

Capítulo 1

Intento abrir débilmente sus ojos, sentía un extraño dolor en la cabeza. Apretó sus parpados con algo de fuerza, escuchaba el crujir de lo que sonaba como una fogata. ¿Dónde estaba?

-Despertaste-

Abrió los ojos con pesadez buscando al dueño de aquella voz, dando con el joven con el que se había encontrado momentos antes cuando intentaba...

-¿Qué demonios hago aquí? Yo iba a…

-Ibas a seguir a tu gran amor al otro mundo ¿cierto? –Le sonrió ladeando un poco su cabeza-Te diré algo –prosiguió al no recibir respuesta de parte de Inoo.-Conozco la historia, aproveche mientras dormías para leer tu mano y déjame decirte algo, con la muerte no solucionaras absolutamente nada… además, no te tocaba morir allí.

-¿Que no solucionare nada? Tch… estando vivo no solucionare nada. Sin él… sin él a mi lado… yo no tengo fuerzas  para seguir adelante. Él era la única razón por la que me esforzaba a sobrevivir en la miserable vida que llevo…-quiso continuar pero las lágrimas ya escapaban sin permiso de sus ojos y su voz era cada vez más débil.

-Conozco las cosas por las que has pasado. Tu padre murió hace menos de un mes, eso es lamentable, ya que eso significaba que tendrías que casarte con aquella prometida que tienes.-dijo mirándole con el rabillo del ojo.

La respiración de Inoo comenzó a agitarse, solo el escuchar su mención le llenaba de rabia.

-Esa maldita- masculló con furia apretando sus manos dejando sus nudillos blancos.-Ella lo mató…

Arioka lo miró con tranquilidad, acomodando al parecer algunas piedras sobre la mesa.

-Él era un gran seguidor de tu padre ¿cierto?

-El mejor… él es… era… el mejor de todos. Inteligente, amable, fuerte. Una persona totalmente maravillosa.-sonrió con tristeza.

-Ya veo… esta mujer, tu prometida ¿qué hay de ella?-

-Esa mujer… en verdad, la odio. –Dijo bajando su mirada, con algunas lágrimas aun surcando sus mejillas-

-Ella solamente estaba enamorada- comentó con tranquilidad.

-¿Enamorada? ¿Cómo puede una persona que está enamorada hacer esas cosas tan horribles?

-Entonces sabes de quien estaba ella enamorada. –afirmo sin mirar al otro.

Inoo se quedó callado unos segundos, lo sabía, sabía perfectamente que ella amaba al mismo hombre que él.

-¿Por qué?- de nuevo el dolor de lo recién sucedido lleno su cuerpo. -¿Por qué le hizo eso a la persona que supuestamente ama? –de nuevo el dolor se apodero de su pecho, el llanto le invadió escapando en dolorosos sollozos.

Arioka le miró con lastima. Él no era lo que se podría llamar sensible, pero entendía el dolor ajeno, y aquel pobre chico acababa de perder lo más importante para él.

-Te propongo algo- le dijo posando una de sus manos sobre el hombre de Inoo.

Su llanto se detuvo unos segundos, un suspiro sollozado le indico que le escuchaba.

-Yo puedo reunirte con él-

-¿Qué?- no entendía de qué hablaba, levanto la mirada encontrándose con la profunda del otro, este le sonrió.

-Te lo dije ¿no? Tengo algo de poder… magia, si quieres llamarlo de una manera menos pretenciosa.-

-¿Magia dices…?

-Magia- le sonrió alentándolo a acercarse a una mesilla donde momentos antes acomodaba algunas piedras.

-Creí que habías dicho que la muerte no era la solución… y que tampoco podías traerlo de vuelta.-le miró con desconfianza limpiándose algunos rastros de sus lágrimas.

-Por supuesto… pero sabes, puedo enviarte a un lugar, donde puedes estar con él, sin un protocolo que seguir, sin personas tras de ti diciéndote lo que tengas que hacer…donde puedes estar con él sin problemas.

-¿Pero qué cosas dice? Un lugar así no existe.-

-Me pregunto… si su amor es tan fuerte como dices-

-¡Por supuesto que lo es!- gritó, aunque no era su intención hacerlo.

-Ya veo… así que dime… ¿confías en que en otra vida se amarán de la misma manera? 

-Lo haremos. –Fue su respuesta inmediata. -En esta vida, y en la siguiente, y en la siguiente a esa, nosotros siempre nos amaremos- contestó con decisión, sus ojos brillantes por el llanto.

-Bien- sonrió Arioka- Joven maestro, le pido firme esto- le dijo tendiéndole uno pergamino, pluma y tinta frente a él.

-¿Qué es esto?-

-Consta en que todos tus vienes serán míos, estas tierras, tu fortuna, hasta tus seguidores.-Le sonrió, cortando a Inoo quien parecía querer discutir el asunto.-Todo lo que tienes, a cambio de estar con el amor de tu vida. Suena bastante justo ¿No te parece?-

Inoo miro el pergamino frente a él, después al tipo que le prometía todo lo que siempre había deseado… paseo su mirada por el lugar donde se encontraba, era una simple cabaña vieja, todo ahí parecía viejo y acabado, una choza… en verdad ¿esa persona iba a cumplir su gran deseo?

-Es un apoyo mutuo.  ¿No crees? Además, no hay nada que perder. De cualquier forma pensabas morir en ese lago ¿cierto?- sonrió mirando fijamente al joven.

Debía pensarlo seriamente, para empezar… ¿Estaba bien confiar en esa persona? Aunque estuvo inconsciente en su casa y no le hizo nada malo, lo cual bien podría ser señal de que era una buena persona… pero de eso a que pudiera darle lo que el deseaba…

-Valla… para una persona que no tiene nada que perder, pero mucho que ganar, lo estas pensado demasiado…

Cierto… lo más importante, no… lo único importante en su vida ya le había sido arrebatado ¿Qué más daba perderlo todo, si no estaba con él? Ciertamente… no tenía absolutamente nada que perder.

Tomó el pincel remojándolo suavemente en el tintero. El labio de Arioka se curvo en una tenue sonrisa. El trato fue aceptado. Inoo tan inconsciente que no se había percatado de la lluvia que comenzaba a caer.

-Excelente, Joven maestro Inoo… ahora ven conmigo.- le dijo guardando el pergamino entre sus ropas, dirigiéndose a la puerta para salir, Inoo tras de él.

La lluvia era suave pero constante, caminaron alrededor de cinco minutos quedando frente al lago donde horas antes él había intentado terminar con su vida.

-¿El lago?-preguntó confundido, con el labio temblándole por el frío, la lluvia comenzaba a tomar más fuerza.

-Acércate- le dijo extendiendo su mano. Inoo no la tomó, pero se acercó hasta quedar a  la orilla a un lado del otro. –Cierra los ojos- le ordenó posando suavemente su mano izquierda sobre su espalda.

Inoo obedeció sin chistar, sintió la mano de aquel sujeto sobre su espalda, escuchaba como este murmuraba palabras incomprensible para él, a esto sumándole el ruido de la lluvia que cada vez era más fuerte. Un calor desconocido comenzó a invadir la zona donde estaba la mano de Arioka. ¿Qué estaba pasando?

-Cuídate. Y por nada, ni nadie, te rindas con tu amor.- susurró el más bajo.

Iba a preguntarle sobre el calor de su espalda pero un trueno le silencio, seguido de una fuerza que lo empujó directo al agua, contrario a lo normal, sintió como era absorbido por esta. Intentó abrir sus ojos bajo el agua, pero desistió al sentir una luz cegadora, tampoco podía respirar y sentía nauseas en el estómago. ¿Qué rayos era eso?

De pronto la sensación de succión se detuvo, todo se sentía más calmado. Abrió los ojos lentamente. Oscuro. Nadó hasta la superficie tomando una bocanada de aire al por fin encontrarse fuera del agua. La lluvia caía sobre él aún, nadó a la orilla más cercana y con la poca fuerza que le quedaba logró salir del agua.

Se dejó caer boca arriba con la respiración agitada, la cabeza le daba vueltas y sentía ganas de vomitar. Su cara reflejaba su obvio malestar, con el ceño fruncido y sus parpados apretados.

-¡Oye!- Escuchó a lo lejos una voz, quizás no tan lejos…pero por la lluvia se podría confundir.- ¡OYE! ¿¡Estas bien!?

Abrió sus ojos un poco echando su vista hacia arriba, parecía una mujer con una sombrilla.

La chica bajo con cuidado hasta donde se encontraba Inoo tirado, este se levantó con pesadez quedando sentado a espalda a ella.

-¿Estas bien?-

-¿Dónde estoy?- preguntó con apenas un hilo de voz. Aún tenía esa sensación de querer vomitar.


-No te preocupes, has llegado sano y salvo.- le sonrió la chica, ante de que pudiera decir nada, Inoo cayó inconsciente de nuevo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario